jueves, 13 de enero de 2011

¿ Podemos educar nuestras palabras ?


La palabra es el pensamiento convertido en expresión, sabiendo que por medio de ella podemos alcanzar los más ambiciosos objetivos. Sabiéndola emplear estamos en capacidad de conversar, persuadir, defender, ofender, motivar, alentar , vender seducir, hacer reír o llorar, también difamar subvertir, engañar o estafar, etc.





Entonces llegamos a la conclusión que no solo debemos conocer “la palabra” sino también saberlas decir y un detalle muy especial que muy pocas personas tienen es saber escuchar, los seres humanos tenemos ese Don que es la palabra y tenemos que educarla , es decir no se transmite con la genética 
sino que se la cuida y entrena a diario.

Recordemos a  Demóstenes que nació tartamudo y se convirtió en uno de los oradores  más grande de la historia. La palabra tiene una influencia directa, la impresión causa un poder persuasivo que depende de la claridad y de la precisión con que se la diga. No todo consiste en atreverse a hablar, también es preciso hacer comprender exactamente es decir en pocas palabras decir lo justo y sin poner o quitar lo esencial de un hecho, situación impartir o transmitir ordenes o comunicaciones con la certeza de interpretar exactamente el pensamiento inicial.
La palabra expresada oralmente o leídas mediantes signos que son letras las cuales unidas y combinadas correctamente a las reglas ortográficas forman elegantes palabras y con ellas el lenguaje y con ellos se dio el inicio de la civilización y la historia es evidente que la palabra proviene del gesto y de las acciones del hombre las cuales constituyen la base del lenguaje.
En la oratoria grandes personajes como Demóstenes que nació en el año 348 a.c. fue un brillante orador forense que tuvo que vencer grandes defectos físicos y su temperamento tímido hasta hacerse capaz de hablar ante el público con soltura y poder persuadir. También tenemos a Sócrates nacido en Atenas 436-338 a.c. alta  figura en la oratoria y basada en la palabra cultivada, y otros mas como Pompeyo, Esquines, Licurgo, Lisias.

En este gran campo de la oratoria el habla se convierte en un arte es decir saber elegir lo que se habla en forma clara adecuada y elegante caso contrario tendremos oscuridad y equivocación es decir  será difícil comprender el significado de las palabras.
La  verbosidad o el uso excesivo de las palabras para expresar un pensamiento no podemos utilizarla muy seguido, en la elección de las diferentes palabras debe ser primordial escoger palabras que sustenten lo que se va a decir para llegar con facilidad parar llamara la atención a  los lectores u oyentes que se proponen captar el mensaje. Un detalle especial en la oratoria es escuchar y saber escuchar, prestar atención, sin olvidar que no es lo mismo Escuchar que saber Escuchar. Para escuchar e interpretar el significado de las palabras que escuchamos es necesario no solo poner en juego la atención, también la imaginación que trata de comprender lo que oímos.


Publicado por: Lissette Conforme

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